martes, 7 de agosto de 2007

Novartis frente al gobierno indio

Por esta vez, el gigante farmacéutico ha perdido una batalla (ojo, lo que importa al final es ganar la guerra). Un tribunal indio ha quitado la razón a la multinacional Novartis, que reclamaba su derecho a patentar un medicamento contra la leucemia, Glivec. Este tipo de medicamento se produce ya en la actualidad como genérico. Es decir, ninguna empresa tiene los derechos exclusivos para su comercialización, por lo que se vende a precios reducidos.

Aunque las leyes de patentes indias reconocen la protección a las innovaciones farmacéuticas desde 2005, el tribunal ha desestimado la demanda de Novartis basándose en que Glivec no es sino "una nueva forma de sustancias ya conocidas". Por tanto, se podrán seguir produciendo los genéricos correspondientes, como hasta ahora. La compañía ha reaccionado amenzando con que si no hay patentes, no hay innovación y se cierra el paso a nuevas medicinas. Léase entre líneas que, si no hay patentes, no hay (tantos) beneficios.

La India se ha convertido en uno de los mayores productores de genéricos del mundo, permitiendo abastecer a los países en desarrollo de medicamentos esenciales, como los que combaten el cáncer o el VIH/SIDA, a precios asequibles. La noticia ha sido especialmente celebrada por Médicos Sin Fronteras e Intermón-Oxfam, las dos ONG que en nuestro país han promovido acciones -secundadas por el Congreso de los Diputados y varios parlamentos autonómicos- a favor de la producción de medicamentos genéricos en la India.

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