lunes, 31 de mayo de 2010

el presente

Al final de Flores rotas, Don Jonston (Bill Murray) comparte un sandwich de queso y champiñones y unos cafés con un chico que se acaba de bajar del autobús y al que acaba de conocer. El día está gris. Están sentados en unas cajas detrás de un bar porque el chico prefiere quedarse fuera. Don acaba hacer un viaje por un pasado que recordaba luminoso y alimenta la sospecha de que el chico podría dar sentido a su apagado presente. La ilusión durará un instante, reemplazada por un desolador patetismo.

-Bien... En plan tío que le ha dado un sandwich a otro. ¿Tienes algún consejo filosófico o algo así para un tipo que está de viaje?
-¿Me preguntas a mí?
-Sí.
-Bueno... El pasado, pasado está. Eso ya lo sé. Y el futuro aún no ha llegado, traiga lo que traiga. Así que lo único que hay es esto: el presente. Ya está.


(valga como subrayado -que no réplica- al comentario de ayer)

domingo, 30 de mayo de 2010

there is an end

El final no será feliz, como en las películas. Pero será. Siempre hay un fin. Y seguramente no en el mejor momento.

Una de las cosas que más me gusta de Flores rotas es que el fundido final en negro llega de repente cuando menos lo esperas. Sin tiempo para que se resuelva el argumento y se vuelvan a atar los hilos desmadejados. Necesitas unos minutos más, un par de respuestas que cierren los interrogantes. Como si siempre hubiera respuestas. Como si a la presentación y al nudo aristotélicos siguiera siempre el clásico desenlace. Como si el tiempo y la trama fueran lineales. Eso sólo pasa en (la mayoría de) las películas.



There is an end
Holly Golightly y
The Greenhornes
(banda sonora de Flores rotas)

Words disappear,
Words once so clear,
Only echos passing through the night.

The lines on my face,
Your fingers once traced,
Fading reflection of what was.

Thoughts re-arrange,
Familar now strange,
All my skin is drifting on the wind.

Spring brings the rain,
With winter comes pain,
Every season has an end.

I try to see through the disguise,
But the clouds were there,
Blocking out the sun...


Las palabras desaparecen.
Palabras que fueron claras
ahora son solo ecos atravesando la noche.

Las líneas que trazaron
tus dedos en mi cara
ahora son solo un recuerdo que se desvanece.

Los pensamientos se trastocan.
Lo que fue familiar ahora es extraño.
Mi piel la arrastra el viento.

La primavera trae la lluvia,
con el invierno llega el dolor.
Toda estación tiene un final.

Intenté mirar a través de la máscara
pero las nubes estaban allí,
bloqueando el sol...

sábado, 29 de mayo de 2010

rotos/as

Estás solo y aburrido. Apático y desabrido. Al borde de compadecerte de ti mismo. Tu vida no parece merecer la pena. Quizá sí en el pasado, pero ahora...

Tranquilo. Hay un buen antídoto contra la desilusión. No juegues a imaginar quién podrías estar siendo ahora, dónde y con quién, si hubieras tomado otros caminos. Síguelos. Tus antiguas compañeras de fatigas siguen transitando por ellos y no puede decirse que con mejor fortuna. Arrieros somos todos en este viaje.

La memoria es demasiado generosa y la imaginación en exceso traidora. Desengáñate: los finales felices sólo se encuentran en las películas.



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Flores rotas. Jim Jarmusch, 2005.
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viernes, 28 de mayo de 2010

martirios

"Esta película se sitúa conceptualmente en un paraje que rueda hacia el horizonte, más allá de la noción de martirio. ¿Cuántos cuadros han tratado este tema a lo largo de los siglos? Buen número de ellos. Sin embargo, en nuestros días, el esquema mental de los ricos y los medios de comunicación que controlan han abolido la noción de martirio y la han sustituido por la de la exención. Exención del dolor y de la violencia, brindada en primer lugar por el dinero, y después por las falsas promesas de los productos. En esta película no existe tal exención. Por eso nos identificamos con ella."

John Berger



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La vida secreta de las palabras. Isabel Coixet, 2005.
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jueves, 27 de mayo de 2010

dentistas y faldas

Como en aquel viejo chiste, si yo les cuento que tengo un plan para exterminar judíos, negros, homosexuales y dentistas, ustedes me preguntarán: ¿y por qué a los dentistas? De entrada, la inclusión de los otros tres colectivos les parecerá algo más lógico, propio de un plan de exterminio. Les horrorizará y me denunciarán, sí; pero no les extrañará tanto como matar odontólogos.

Pues lo mismo pasa con los muchos oráculos que recomiendan planes de ajuste, reformas drásticas y sacrificios. Si el FMI, el gobernador del Banco de España, el experto de turno o la vicepresidenta propusieran hoy “recortar las pensiones, los salarios, el coste del despido y el largo de las faldas”, todos exclamaríamos sorprendidos: ¿Y por qué el largo de las faldas?

Me dirán ustedes: “No vale el ejemplo, pues el largo de las faldas no tiene nada que ver con la crisis ni con ningún tipo de medida para recuperar la economía.” Ah, cayeron en la trampa. ¿Es que acaso las pensiones, los salarios o el coste del despido tienen algo que ver con esta crisis, con su origen o con su solución?

Isaac Rosa, estos días de atrás.


CHEQUES BEBÉ, PENSIONISTAS... ESTÁ BIEN, PERO CANSA.
ME HAN DICHO QUE PRONTO LANZARÁN TRABAJADORES DESPEDIDOS LIBREMENTE.
ESO SÍ QUE ES DELICATESSEN.


Viñeta de Alfonso López

martes, 25 de mayo de 2010

hojalateros



De algún sitio salen las lentejas que llenan las grandes tripas. Si las lentejas son habas contadas y algunas barrigas no han parado de crecer en los últimos años -y me temo que lo siguen y seguirán haciendo- alguno tiene y tendrá que aflojarse el cinturón y quedarse a la sopa boba.

El FMI o la OCDE son los modernos hojalateros a sueldo de las grandes barrigas que se dedican a hacer ranuras en nuestras cucharas.

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Plan de ahorro 2010. Miguel Ángel Gil Andaluz.
Muestra de poesía visual aragonesa en Los portadores de sueños.
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lunes, 24 de mayo de 2010

lugares y ausencias

Me recuerdas en un comentario el final de una de esas películas que más lágrimas me arrancaron y no puedo evitar traerla aquí.

"Me gustaría que me dijeras como hace uno para saber cuál es su lugar. Yo por ahora no lo tengo. Supongo que me voy a dar cuenta cuando esté en un lugar y no me pueda ir. Supongo que es así. Ya va a aparecer, todavía tengo tiempo de encontrarlo."





Inevitablemente, rescato las palabras de unos segundos antes:

"Todavía le cuesta creer que vos no estés. Habla de vos con bronca, como si el infarto hubiera sido culpa tuya. A mí a veces también me da bronca no tenerte al lado para poder hablar con vos. A veces nos hacés mucha falta, viejo."

Y las lágrimas se multiplican a mitad del recorte de vídeo del YouTube porque hoy, bastantes años después, las palabras despiertan ecos nuevos en las oquedades del corazón.

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Un lugar en el mundo. Adolfo Aristaraín, 1992.
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sábado, 22 de mayo de 2010

rata



Se coló medio a escondidas en casa y dice que vino para quedarse. Ella sabrá. De momento anda escondiéndose tras las esquinas porque sabe que las de su especie suelen ser mal recibidas y ya conoce los malos humos que gastan las escobas. Aún no sabe qué recoveco le gusta como madriguera y quizá tarde en decidirse. No sé cómo explicárselo, pero me gustaría decirle que encontrar el propio espacio es tarea que lleva tiempo. Si es que se encuentra.

jueves, 20 de mayo de 2010

antifaz


Desde el otro lado del antifaz
es más fácil darse cuenta
de que este mundo no es más que una farsa.

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[∞]. Pierre d. la.
Muestra de poesía visual aragonesa en Los portadores de sueños.
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miércoles, 19 de mayo de 2010

soneto

Se puede pensar de los sonetos que son estructuras muy elegantes pero en exceso reglamentadas. Con una cadencia atrapante pero que se vuelve fácilmente cansina a fuerza de ser repetida.

Aves armoniosas pero enjauladas.

Los peros se esfuman cuando el soneto es etéreo.


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Sky sonet. Eduardo Barbero.
Muestra de poesía visual aragonesa en Los portadores de sueños.
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martes, 18 de mayo de 2010

mudanza



No es habitual recibir en un SMS cosas como "...por no hacer mudanza en nuestra costumbre...". Claro, que hay gente muy poco corriente por ahí. El caso es que me llevó a Garcilaso y luego a ratos perdidos mi memoria iba recuperando espontáneamente versos del soneto aprendido en algún lugar -ya remoto- de la juventud. Como siempre, ahí estaba Google para solventar algún que otro olvido.

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

sábado, 8 de mayo de 2010

+ compasión


Haciendo un poco de limpieza (es bien sabido que los excesos no conducen a nada bueno) me he encontrado entre los recortes atrasados este de una columna de Mario Muchnik que, aunque titula como "sentimiento de culpa", quiero pensar que habla más de la compasión. Como la que siente mi macaco por el osito del brazo cosido con retales de topos estampados. Ójala todas las heridas fueran tan fáciles de zurcir.

"Hace poco llegó la noticia de que, no recuerdo qué zoológico, un elefante muy manso y simpático al cuidado de una muchacha bien preparada para ello le dio sin querer una patadita y a la chica se le rompió una pierna. La ambulancia la llevó al hospital, donde fue inmediatamente atendida y escayolada. Pero el elefante cayó en la más profunda de las depresiones. suponiéndose y sintiéndose culpable, se tumbó cara a la pared y dejó de comer y de dormir. Los encargados intentaron por todos los medios sacarlo de la depresión, sin el mínimo éxito. Lo que le había ocurrido era una desgracia, y el elefante perdió las ganas de vivir. Las cosas cambiaron a los pocos días, cuando la muchacha volvió parcialmente a su trabajo. Por la tele yo mismo vi cómo, no bien se produjo el reencuentro, el elefante se alzó, la sentó en su trompa y la llevó a la altura de su boca, como para besarla. La alegría en el zoo, tal como se pudo ver, fue universal, todos reían y hasta parecía que el propio elefante -que, a partir de entonces, volvió a comer y dormir en paz- esbozaba una amplia sonrisa. [...]"