miércoles, 29 de septiembre de 2010

29-S



Viñeta de Manel Fontdevila

martes, 28 de septiembre de 2010

inexperiencia


La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones. [...]

Einmal ist keinmal. Lo que sólo ocurre una vez es como si no hubiera ocurrido. La historia de los checos y la de Europa son dos bocetos dibujados por la fatal inexperiencia de la humanidad. La historia es igual de leve que una vida humana singular, insoportablemente leve, leve como una pluma, como el polvo que flota, como aquello que mañana ya no existirá.

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Milan Kundera: La insoportable levedad del ser.
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domingo, 26 de septiembre de 2010

no happy ending




Mika: Happy ending.

This is the hardest story
that I’ve ever told.
No hope, or love, or glory.
Happy endings gone forever more.
I feel as if I’m wasting
and I’m wasting everyday.

This is the way you left me,
I’m not pretending.
No hope, no love, no glory,
no Happy Ending.
This is the way that we love,
like it’s forever.
Then live the rest of our life,
but not together.

viernes, 24 de septiembre de 2010

happy endings


Supongo que la mejor (¿la única?) manera de conseguir un final feliz es comprándolo.
Aunque caduque con rapidez.

Siempre habrá otros esperando a cambio de otros pocos euros.

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Happy Endings. Don Roos, 2005.
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jueves, 23 de septiembre de 2010

Ítaca sonora

Más caminos a Ítaca, que son el mismo. Este en versión sonora. Llegado por SMS en lo que parece un partido de ping-pong emocional en el terreno de las nuevas tecnologías. Un medio perfecto para no tener que poner el pie en tierra. Físicamente. Literalmente.



Lluis Llach: Viatge a Ítaca
(Kavafis. Adaptación de Carles Riba y Lluís Llach)

Quan surts per fer el viatge cap a Itaca,
has de pregar que el camí sigui llarg,
ple d'aventures, ple de coneixences.
Has de pregar que el camí sigui llarg,
que siguin moltes les matinades
que entraràs en un port que els teus ulls ignoraven,
i vagis a ciutats per aprendre dels que saben.
Tingues sempre al cor la idea d'Itaca.
Has d'arribar-hi, és el teu destí,
però no forcis gens la travessia.
És preferible que duri molts anys,
que siguis vell quan fondegis l'illa,
ric de tot el que hauràs guanyat fent el camí,
sense esperar que et doni més riqueses.
Itaca t'ha donat el bell viatge,
sense ella no hauries sortit.
I si la trobes pobra, no és que Itaca
t'hagi enganyat. Savi, com bé t'has fet,
sabràs el que volen dir les Itaques.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

ligereza

- ¿No te quieres casar conmigo porque no te hago reír? ¿Qué esperas de un marido? ¿Payasadas?

- No... Ligereza.





Cuando se lleva una carga involuntaria a cuestas, seguramente lo natural sea tratar de hacerla más llevadera compartiéndola con quien encuentras en el camino. No hay problema si en el camino también abundan quienes van repartiendo ligereza, el negativo de la carga. Matemáticamente, la situación se hace sostenible si las dosis compartidas de una y de otra se compensan aproximadamente. Si hay un claro desequilibrio, y me temo que suele ser a favor de las cargas, la ligereza puede hacerse tan necesaria como el aire que se respira.

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Père-Lachaise. Wes Craven. Cortometraje en Paris Je t'aime, 2005.
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martes, 21 de septiembre de 2010

hacia Ítaca




Konstantinos Kavafis: Ítaca

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades de Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.


No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ella, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.



(El viejo iluso paladea en silencio el resabio amargo de la Ítaca que perdió de vista casi antes de entreverla en el horizonte. O eso cree, que la entrevió. Por eso iluso: aún no es lo suficientemente viejo)

lunes, 20 de septiembre de 2010

siempre



Se vuelve siempre
a la ojeriza de los atardeceres,
a la lentitud de las noches
y al amargo sabor
de los amaneceres:
se vive, al fin y al cabo.

José Antonio Labordeta: Se vuelve siempre.

(Después de unos cuantos atardeceres, aquellos narcisos rozagantes me dejaron unas pocas flores agostadas. Los primeros son recuerdo, las segundas presencia)

domingo, 19 de septiembre de 2010

aragonés


"Yo creo que el aragonés es un poco depresivo. Es depresivo Gracián, es depresivo Buñuel, es depresivo Goya. Y entonces los que vamos detrás pues somos también un poco depresivos. El paisaje, la dureza del paisaje. Aragón es un territorio muy épico, muy duro."


José Antonio Labordeta,

albada de la ausencia


Aunque me voy no me voy,
aunque me voy no me ausento.
Aunque me voy de persona,
me quedo de pensamiento.



José Antonio Labordeta,
con Eduardo Paz y Antonio Carbonell,
en Borradores (octubre 2009)

sábado, 18 de septiembre de 2010

el baño del papa


¿Y si Dios no ayuda a los pobres... a quién va a ayudar?

No sé que es peor, si la pobreza, la ignorancia o la inocencia. En Melo (Uruguay) se juntaban las tres en dosis generosas cuando el Papa anunció su visita a la localidad en mayo de 1988. Y las gentes del lugar sintieron que aquella era la oportunidad para darle un vuelco a su vida, cual lechera ebria de sueños -la pobreza, la ignorancia y la inocencia se potencian a la hora de fabricar ilusiones.

Pero los sueños... sueños son. Ya lo dijo Segismundo. El Papa llegó, habló y -como un Mister Marshall a la uruguaya- se marchó. Entonces, los cántaros de los vecinos de Melo se rompieron en pedazos. Alguno aún espera que el Papa vuelva. La pobreza, la ignorancia y la inocencia son lo último que se pierde.




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El baño del Papa. Enrique Fernández y César Charlone, 2007.
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jueves, 16 de septiembre de 2010

viento a Ítaca


Sólo hay tres clases de hombres, los vivos, los muertos y los que navegan, pero cualquier navegante del Mediterráneo se volverá loco si trata hoy de encajar con la realidad los nombres de los vientos que rigen en ese mar.

Según su origen, el gregal es el viento que viene de Grecia; el siroco, de Siria; el lebeche, de Libia; la tramontana, de tras los montes. El gregal es un noreste y allí no está Grecia; el siroco es un sureste y allí no está Siria; el lebeche es un suroeste y allí no está Libia; la tramontana es un norte y los montes están en todas partes. [...]

Sólo hay una isla en medio del Mediterráneo donde los nombres de los vientos responden a su dirección. Esa isla es Malta. En La Odisea se la llama Ogigia, el ombligo del mar. Allí permaneció siete años Ulises en brazos de la ninfa Calipso.

Pero en literatura el viento es una ficción. Por eso en cualquier latitud donde uno se halle, el gregal llegará de Grecia; el siroco, de Siria; el lebeche, de Libia, siempre que el viento sea una forma de poderosa locura que, unida a la marea del tiempo, al final te lleve a Ítaca.



Si los vientos más locos llevan a Ítaca, el cierzo es un billete seguro con ese destino. Si Ítaca es ese país de chaladura al que me (nos) conduce habitualmente el cierzo, permítaseme cambiar el billete.

(Por cierto, el cierzo es también el mistral -o viceversa-, que sopla del noroeste y parece por su furia que quisiera llevarse con sus ventoleras a las gentes del Valle del Ebro rumbo al Mediterráneo. Todavía no lo ha conseguido. Y no será porque no nos apetezca.)

martes, 14 de septiembre de 2010

vacaciones de mundo



"Anhelaba unas vacaciones. ¡Pero unas vacaciones totales, en las que le dejaran en paz todos los imperativos, todos los "es muss sein"(*)! Si había sido capaz de descansar (y para siempre) de la mesa de operaciones del hospital, ¿por qué no descansar de esa mesa de operaciones del mundo...?"

(*) tiene que ser, debe ser.

Ya los filósofos clásicos (comenzando por San Agustín) hablaban de la tristitia post coitum para referirse al sentimiento de tristeza y vacío que se supone que sucede al orgasmo, particularmente en el caso de los hombres. Es el aroma que deja la conciencia de que, tras rozar fugazmente el cielo, hemos vuelto a caer de morros en el fango. Los biólogos le han dado una explicación científica basada en los cócteles hormonales que nos emborrachan al terminar el acto sexual.

¿Será este sentimiento tan prolongado -serena soledad, dulce vacío, silencio abrazador- que me invade estos días algo similar tras el orgasmo veraniego, una especie de vengativa tristitia post ludum?

En términos menos solemnes, podría describirse como la típica pataleta adolescente que acompaña al cierre del paréntesis estival, ese síndrome postvacacional tan manido en estas fechas. Pero hay ingredientes que no me cuadran: esa serenidad, esa dulzura, ese abrazo... Esas ganas de vacaciones de mundo...

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Milan Kundera: La insoportable levedad del ser. RBA, 1992.
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lunes, 13 de septiembre de 2010

el mero estar (ii)


En donde el miedo no cuenta cuentos y poemas, no forma figuras de terror y de gloria.

Vacío gris es mi nombre, mi pronombre.

Conozco la gama de los miedos y ese comenzar a cantar despacito en el desfiladero que reconduce hacia mi desconocida que soy, mi emigrante de sí.

Escribo contra el miedo. Contra el viento con garras que se aloja en mi respiración.

Y cuando por la mañana temes encontrarte muerta (y que no haya más imágenes): el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar, en esto se van los años, en esto se fue la bella alegría animal.

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Ojos primitivos. Alejandra Pizarnik ("El infierno musical", 1971).
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sábado, 11 de septiembre de 2010

el mero estar



"La lucidez es un don y un castigo. Está todo en la palabra: lúcido viene de Lucifer, el arcángel rebelde, el demonio. Pero también se llama Lucifer el lucero del alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de Lucifer y Lucifer viene de luz y de ferous, que quiere decir “el que tiene luz”, el que genera luz, el que trae la luz que permite la visión interior. El bien y el mal, todo junto. El placer y el dolor. La lucidez es dolor. El único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez: el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar. En esto se van los años. En esto se fue la bella alegría animal. Pizarnik: genial. "

El silencio del mero estar. Con vacaciones de mundo, transitando por el filo soportable de la levedad. Tumbado en la hierba mirando pasar las nubes. Asomado al balcón contando las estrellas. Mecido por la brisa que presagia el otoño. Acariciado por un sol que ya se sabe plenamente otoñal. Sumergido en las tristes páginas adictivas de Murakami. Absorto frente a una película deliciosa de lento transcurrir. Sorprendido de que hasta las lágrimas otrora fáciles se hayan vuelto perezosas.

En esto se van los días.

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Lugares comunes. Adolfo Aristaraín, 2002.
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viernes, 10 de septiembre de 2010

jota marinera

Efectivamente, es una jota. Supongo que jota mallorquina, prima hermana de la aragonesa (a la que tan pocas simpatías profeso). Eso no lo sé. En todo caso, jota marinera, que siempre le da un punto.

Y canta a mis ocho vientos, que lo son porque ella los canta.

En la memoria la recordaba con los finales de los versos más largos (como los de la tierra) y así la he cantado este verano, estirando algunas palabras hasta el infinito. Quizá alguien algún día haga una adaptación a los ritmos locales para que encaje en mis recuerdos.


Maria del Mar Bonet: Jota marinera.

Llevant, xaloc i migjorn,
llebeig, ponent i mestral,
tramuntana i gregal.
Vet aquí es vuit vents del món.

Una dona marinera
sempre mira d'on ve es vent,
tan si es llevant com ponent
es bon temps sempre l'espera.

Qui s'enamora no es cansa
si viu amb l'opinió
que després d'una maror
sol venir una bonança.

jueves, 9 de septiembre de 2010

vuit vents

Una de las primeras cosas que llaman la atención cuando llegas a La Savina (si es que puedes apartar la vista del mar) es el torreón octogonal adornado con ocho relojes de sol en cada una de sus ocho caras que representan "los ocho vientos del mundo", cada uno en una de las ocho principales direcciones. Valga la redundancia como un mantra para combatir el olvido. Ocho.

La canción de Maria del Mar Bonet permanecía escondida en algún cajón de la memoria desde mis tiempos de pensión estudiantil con vecindad mallorquina. El torreón de los vientos abrió el cajón súbitamente y comencé a cantar (por decirlo de alguna forma). Y se convirtió en el hit de las vacaciones. Pero los duendes juguetones del olvido habían recortado el número de vientos, que para mí se quedaban en siete (la métrica se mantenía: tanto "vuit" como "set" son monosílabos). Y lo que es peor, sólo era capaz de recordar seis.

Llevant y ponent, los clásicos.
Tramuntana, muy habitual si oyes el tiempo en TV3.
Xaloc, que da nombre a un instituto...
Mestral. Qué le vamos a hacer, las marcas comerciales son fáciles de recordar.
Y gregal, supongo que porque es un nombre muy sonoro y porque es el que cierra la canción.

Me faltaba uno, creía. Ahora sé que, siendo ocho, me faltaban dos.

Migjorn. Ya inolvidable porque da nombre a una de las playas de mi vida.
Y llebeig. De feo nombre y ausencia total de referencias.



Hete aquí los ocho vientos del mundo.

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Formentera, 25/8/2010.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

luciérnaga

"Fue mucho después cuando la luciérnaga levantó el vuelo. Desplegó las alas como si se le hubiese ocurrido de repente. Un instante más tarde, cruzaba la barandilla y se sumergía en la envolvente oscuridad. Describió, ágil, un arco en torno al depósito, tal vez intentando recuperar el tiempo perdido. Y tras permanecer unos segundos inmóvil observando cómo la línea de luz se extendía en el viento, voló hacia el sur.

Aún después de que la luciérnaga hubiera desaparecido, el rastro de su luz permaneció largo tiempo en mi interior. Aquella pequeña llama, semejante a un alma que hubiese perdido su destino, siguió errando eternamente en la oscuridad de mis ojos cerrados. Alargué la mano repetidas veces hacia esa oscuridad. Pero no pude tocarla. La tenue luz quedaba más allá de las yemas de mis dedos."


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Haruki Murakami:
Tokio blues. Norwegian wood. Tusquets, 2009.
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martes, 7 de septiembre de 2010

I think I'm taken

Dos minutos y medio que encienden tu vida. Si tienes la paciencia de esperar a que lleguen, claro. Y si te tragas el pavor a que la luz se extinga.

Qué demonios... "I think I'm taken". Si es media hora como si son dieciséis años.



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Un hombre soltero (A single man). Tom Ford, 2009.
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