sábado, 11 de septiembre de 2010

el mero estar



"La lucidez es un don y un castigo. Está todo en la palabra: lúcido viene de Lucifer, el arcángel rebelde, el demonio. Pero también se llama Lucifer el lucero del alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de Lucifer y Lucifer viene de luz y de ferous, que quiere decir “el que tiene luz”, el que genera luz, el que trae la luz que permite la visión interior. El bien y el mal, todo junto. El placer y el dolor. La lucidez es dolor. El único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez: el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar. En esto se van los años. En esto se fue la bella alegría animal. Pizarnik: genial. "

El silencio del mero estar. Con vacaciones de mundo, transitando por el filo soportable de la levedad. Tumbado en la hierba mirando pasar las nubes. Asomado al balcón contando las estrellas. Mecido por la brisa que presagia el otoño. Acariciado por un sol que ya se sabe plenamente otoñal. Sumergido en las tristes páginas adictivas de Murakami. Absorto frente a una película deliciosa de lento transcurrir. Sorprendido de que hasta las lágrimas otrora fáciles se hayan vuelto perezosas.

En esto se van los días.

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Lugares comunes. Adolfo Aristaraín, 2002.
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