martes, 25 de marzo de 2008

vacaciones

Vacaciones significa a ratos compartir con otros, no habituales, tu tiempo y tu espacio.
Otros ratos significa colarse en el tiempo y el espacio ajenos.

Tras estas dos fases, la escapada definitiva.

Salgo solo
no en busca de un hueco que me acoja
sino en busca de un hueco -un tiempo, un espacio- que acoger.

lunes, 24 de marzo de 2008

todas soñamos con lo mismo

(y todos)



Natalia Oreiro, como Sandra en Cleopatra.

sábado, 22 de marzo de 2008

ya tocaba un chupachús

Últimamente este bloc/blog anda demasiado serio, demasiado oscuro. O eso me han dicho. No lo negaré, pero es lo que hay. Quizá no sea lo que parece, quizá simplemente significa que absorbo los colores brillantes y reflejo (o escupo) los colores apagados y tristes al blog como forma de exorcismo. Por si acaso no es así, bienvenida sea una dosis de colorines y dulzura.


Mika: Lollipop.

De paso, añado chupachús a los que ya aparecieron por aquí hace un tiempo: del delicioso My boy lollipop de Millie Small (recreado también por Patti Benson y las Spice Girls) al más irreverente (y volcado al femenino) de Bad Manners.

¿Por qué sera que eso de "el chupachús de mi chico" me trae siempre la misma idea a la cabeza?

(Caí en mi propia trampa: mucho arcoiris y mucha melodía pegadiza pero la letra de la canción insiste en que aprovechemos a vivir la vida -¿a chupar el chupachús?- antes de conocer el amor... porque en cuanto lo encontremos el amor nos hundirá. ¡Ay!)

viernes, 21 de marzo de 2008

temor de Dios

Initium sapientiae timor Domini
(el principio de la sabiduría es el temor de Dios)
Proverbios, 1:7.


Un viacrucis de unos cuantos cofrades ¡a las cuatro de la madrugada! avanzando pesadamente por una calle estrecha y vacía unos minutos antes, con las tenues luces de las bombillas que alumbran el paso borrando la oscuridad de la noche, mientras los sordos tambores y las agudas trompetas hieren el silencio bajo tu ventana.

Y rompen tu sueño y te despiertas sobresaltado y piensas si es que habrá llegado ya el fin del mundo, el terrible y tantas veces anunciado apocalipsis...

Desde la distancia y el descreimiento de quien esto escribe, esta ha sido la experiencia que se me antoja más cercana a sentir ese tan supuestamente fructífero (¿?) temor de Dios.




Viacrucis de Viernes Santo.
Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de Zaragoza.

jueves, 20 de marzo de 2008

rebrote



Cada vez me quejo más de que mi estado de ánimo está íntimamente unido al tiempo (atmosférico), sobre todo si es para mal.

Hoy, equinoccio de primavera, comienza la etapa del año en la que se supone que todo vuelve a la vida, en la que las energías alimentadas a lo largo de meses de recogimiento estallan al exterior, en la que las ramas aparentemente secas explotan en tiernos y jugosos brotes.

¿Es el momento de contar con el tiempo (atmosférico) a mi favor? Pues tampoco. Ya asoma la nariz la astenia primaveral.

miércoles, 19 de marzo de 2008

cleopatra

A todos nos debería ser dado el poder cambiar de camino, una vez se han adentrado tanto nuestros pasos en alguna senda que se nos ha olvidado a dónde nos conduce, qué hacemos allí e incluso cómo hemos llegado. En ese punto en que se ha perdido la ilusión por seguir, lo mejor es darse cuenta para poder cambiar de dirección o, al menos, tomarse un respiro para analizar la situación y contemplar otras salidas.

"Ahora tengo tres opciones:
hacer lo que quiero,
hacer lo que debo,
o no hacer nada y sentarme a pensar."

(deliciosa Norma Aleandro, en el papel de Cleopatra)

No siempre es posible. Hay quien no se da cuenta de que se está metiendo en un callejón sin salida, que no lleva a otro sitio más que a una tapia dura y fría donde romperse las narices. Y, claro, termina estrellado.

Peor aún, hay quien toma consciencia de la situación y da un giro al volante para emprender una ruta nueva, pero la muerte se le cruza en el camino en el momento más inoportuno y frustra lo que prometía ser toda una aventura al borde de los sesenta -¿quién dijo que fuera tarde?

Hoy habría sido su cumpleaños.




Cleopatra. Eduardo Mignogna, 2003.

(Sinopsis, comentario y reseña)

martes, 18 de marzo de 2008

huérfano

"Yo quería a papá con un amor que nunca volví a sentir hasta que nacieron mis hijos. Cuando los tuve a ellos lo reconocí, porque es un amor igual en intensidad, aunque distinto, y en cierto sentido opuesto. Yo sentía que a mí nada me podía pasar si estaba con mi papá. Y siento que a mis hijos no les puede pasar nada si están conmigo. Es decir, yo sé que antes me haría matar, sin dudarlo un instante, por defender a mis hijos. Y sé que mi papá se habría hecho matar sin dudarlo un instante por defenderme a mí. La idea más insoportable de mi infancia era imaginar que mi papá se pudiera morir, y por eso yo había resuelto tirarme al río Medellín si él llegaba a morirse. [...] Yo amaba a mi papá con un amor animal."



El azar ha querido que estos días que el comercio y el santoral dedican a la figura del padre, una celebración que jamás fue ni será ya mía, que me parece de una religión ajena, de una cultura lejana, estos días, digo, esté leyendo una obra que no es sino un homenaje profundo al padre que dio y sigue dando sentido y significado a la vida del autor. Las palabras de Héctor me hacen sentirme huérfano más que nunca, y me encaran a la estampa vacía de una ausencia que no por acostumbrada termino de asimilar. Porque nunca conocí otra cosa que la ausencia y porque no hay ausencia más amarga que la del que todavía está.

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Héctor Abad Faciolince: El olvido que seremos. Planeta: Bogotá, 2007.
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jueves, 13 de marzo de 2008

hazte un hombre, maricón


Javier Álvarez: Uno, dos, tres, cuatro

Patria, sumisión,
hazte un hombre, maricón.
Sabias frases con que crecí.
...
A ser dulce, humilde y un poco loco
y no a hombre quiero tender
aunque hombre ya nací.
...
No está nada mal que te enseñen a temer
por si el coco viene una vez,
las garras a ofrecer,
la sonrisa a proteger
y la lágrima a contener.
...
Respetar el miedo conduce a más,
por su aro hay que pasar
y me tengo que callar...

(Valentín comienza con el propio Javier Álvarez cantando esta canción)

miércoles, 12 de marzo de 2008

embarcadero


Mirémoslo desde otro lado:
a veces hace falta sentarse en la orilla
a reponer fuerzas
y a constatar que la corriente seguirá bajando
con su energía incombustible
para cuando queramos -o quiera- zambullirnos.

(las miradas ajenas
-la de Arthur, la de rammses, la de 38 grados-
ayudan a construir esta otra perspectiva...)

lunes, 10 de marzo de 2008

encalladura



Otro lunes encallado en los lodos de la orilla
mirando perplejo entre los pedruscos
cómo la corriente sigue bajando bulliciosa.

Vocación de náufrago frustrada.

valentín

Shakespeare lo tuvo claro hace ya mucho tiempo y los humanos nos empeñamos en darle la razón. ¿Qué mueve el mundo? La envidia, los celos, el ansia de poder. Sí, pero también la búsqueda del amor, la huida de la soledad, la necesidad de comunicación. Seguro que si pudiéramos aislar unos cuantos personajes de los que nos rodean y fuéramos capaces de observarlos desde fuera -en una especie de Gran Hermano a la medida particular- las historias serían siempre las mismas. Las mismas que en las obras del dramaturgo, las mismas que en esta película se entrelazan entre el teatro y la vida real. Las mismas historias aunque encarnadas en diferentes personas. Los mismos personajes -Romeo, Julieta, Otelo, Desdémona, Yago...- encajados una y otra vez en diferentes cuerpos. Dan ganas de creer en la reencarnación.

"Si en la balanza de nuestras vidas no existiera la razón para servir de contrapeso a las pasiones, la bajeza del instinto natural nos haría cometer los mayores despropósitos. Para eso está la cabeza, para controlar los impulsos, para frenar la urgencia de la carne, la lujuria salvaje, eso que tú llamas amor... y que de él no es sino un esqueje o accidente."

Y de vez en cuando, el personaje -Valentín- que desencadena todos los sentimientos, positivos y negativos, que rompe una calma que ya no se restablecerá, piedra lanzada a la aparentemente calmada superficie de las aguas, cuyo espejo esconde las turbulencias que corren debajo. Personaje que, como los catalizadores químicos, despierta las chispas, provoca las explosiones, pero curiosamente se mantiene relativamente al margen del propio proceso reactivo. Lo que no significa que salga indemne del trance.

Y la confusión de los sentimientos nuevos, de los deseos desconocidos, de la imposibilidad de explicar el deseo. Y la constatación de que Dios -o Cupido, o Eros- juega a los dados y se rie a carcajadas disparando las flechas del amor de manera caprichosa y (casi) nunca recíproca. Y no puedo olvidarme de la figura de la madre cuidadora, que desde una discreta distancia es la más consciente de la realidad de los personajes que se mueven a su alrededor.

(Buenas intenciones, buen texto, buenos actores... pero los ingredientes no terminan de cuajar y el soufflé se desinfla)

Valentín. Juan Luis Iborra, 2002.

domingo, 9 de marzo de 2008

mesa para uno


Debe de ser que siempre figura el último en la lista
y por eso nunca le llega el turno.

O quizá que la convivencia es tan estrecha
que su presencia se ha convertido en invisible.

Hoy me ha dado un toque de atención
y le he invitado a comer
-cuscús de verduras y pollo.

Hoy me he invitado a comer a mí mismo.