domingo, 30 de septiembre de 2007

herencia de Uruguay

Me llegan de parte de Ronald unos libros y una cinta de tangos de Julio Sosa.


Hace unos años que Ronald y Cristina cambiaron Montevideo por Zaragoza. Hace algunos menos que Ronald cambió Zaragoza por algún paraje tranquilo -en otro mundo que no es este- donde leer poesía, anotar los márgenes de las novelas, escuchar tangos y sorber mate en paz. Estos días le ha mandado recado a Cristina de repartir sus tesoros y hemos encontrado algunas cosas para mí.

No conocí a Ronald, aunque puede que llegáramos a ser casi vecinos. Pero por cómo he oído hablar de él a algunas personas que tuvo muy cerca me siento honrado de formar parte de sus (muchos) herederos.


Julio Sosa. Cambalache.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril,
el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va,
que allá en el horno se vamo a encontrar!
¡No pienses más, hácete a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao!
Si es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de las minas,
que el que mata o el que cura
o está fuera de la ley.

ensalada de lentejas y pera




Lentejas, zanahoria, pepinillos y cebolla confitada.
Peras, nueces y palitos de cangrejo.
Vinagreta de aceite, salsa de soja y cilantro.


sábado, 29 de septiembre de 2007

ayudas para (todas) las familias

Un anuncio de la Generalitat de Catalunya que he visto en Strongerbear y en el que se publicitan ayudas a las familias con hijos. Tradicionales, numerosas, monoparentales... o como la del propio anuncio.



- Dicen que los niños vienen con un pan debajo del brazo.
- Por si acaso, la Generalitat concede ayudas a las familias con niños.
- Si tenéis hijos menores de tres años, podéis pedir una ayuda de 600€ por cada niño.
- Y las familias numerosas y monoparentales tienen derecho a ayudas de 700€ para cada niño menor de 6 años.
- ¡Ah! También tienen una ayuda especial las familias con gemelos.
- Para más información...

viernes, 28 de septiembre de 2007

toda la muerte por delante

Nunca pasa nada. Hasta que un día sobreviene un cataclismo. Por ejemplo, en forma de enfermedad sin aparente cura. Y entonces te das cuenta de cuánta razón tenía Lennon: la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otras cosas.

Entonces quizá comprendas que necesitas a los demás. Y llegarás a aceptar que necesitas pedir ayuda. Incluso acudirás a ese hermano que es como si no conocieras, porque está lejano, infinitamente lejano. Aunque viva en tu misma ciudad.

Cada día estarás más débil. Pero tu hermano acudirá a cuidarte y os reencontraréis. Y entonces tanto tú como él os daréis cuenta de la fragilidad de la vida y os tomaréis en serio ese rincón del cuerpo donde viene estampada la fecha de caducidad. Y todo se volverá patas arriba.

Al principio te rebelarás contra la enfermedad. No te puede estar pasando a ti. Pero la lucha es inútil y las operaciones no servirán más que para dibujar cicatrices en tu pellejo. Hasta que un día te rindas, agradezcas a la medicina sus servicios y te sumerjas en el mar.

Tú no lo sabes, pero tu hermano agarra tu mano mientras te lleva la corriente.



Su hermano (Son frère). Patrice Chéreau (2003).
Adaptación de la novela Son frère, de Philippe Besson.

(En manos de los médicos nos volvemos un montón de carne, pinchada y atada por tubos de plástico por los que circulan líquidos amarillentos, mientras la banda sonora dispara repetitivos pitidos metálicos. Viendo esta película, que en ningún momento ahorra este tipo de crudezas, al tentetieso le llegan fogonazos de aquellos largos -ya lejanos- meses de verano atado a una cama y a una silla de ruedas, en que encontró manos hermanas que acudieron a cuidarlo. Pero los fogonazos más intensos le llevan a aquellos días desesperados en que la muerte y la legionella unieron fuerzas para arrebatarle a alguien demasiado cercano. Contra todo pronóstico, no lo consiguieron. Casualmente, estos días se cumplen años)

mandamiento

Mandamiento de obligado cumplimiento el que recuerda Daniel Díaz en Ni libre ni ocupado. Y que, después de lo que escribí en su momento acerca de la abstracción cotidiana, no me queda más remedio que suscribir:

CONVIERTE LA VIDA QUE TE RODEA
EN UNA INMENSA OBRA DE ARTE

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"El arte está en la calle. Está en la fachada de cualquier edificio emblemático, pero también en el sombrero de aquella mujer que ahora camina Gran Vía abajo. El arte está en cada paso de cada caminante, en las gafas de pasta negra del moderno de turno, en el cartel pegado con cinta aislante que anuncia un concierto al que nadie acude. Está en el chándal de la viuda arrastrando su carrito vacío en dirección al mercado, en el teléfono móvil sin cobertura del enamorado, en las ojeras del insomne que vive justo encima de un martillo hidráulico, en la gorra del repartidor de pizzas... El arte está en la voz metálica que te desea buen viaje tras llenar el depósito, en el color verde manzana de tu iPod, en el reloj solar de la azotea, en los labios brillantes de tu camarera.

Y así como las pastilla del inodoro tiñen de azul su agua, tú también puedes teñir de arte la vida que te rodea. Sólo tienes que abrir bien los ojos."

jueves, 27 de septiembre de 2007

la plaza de Brooklyn

Las ciudades tienen plazas, pero les falta la plaza del pueblo. Ese lugar de reunión accidental en el que siempre hay alguien dispuesto a escuchar lo que necesitas contar, o alguien con quien compartir unos minutos, aunque sea sin hacer nada.

Seguro que Brooklyn tiene plazas. Pero la verdadera plaza del pueblo de Brooklyn es el estanco de Auggie (en la célebre esquina protagonista de Smoke), un confesonario abierto donde nadie te va a juzgar ni levantará el dedo acusador sobre ti (no puede decirse lo mismo de las plazas de los pueblos). Por allí pasa una buena muestra de la variedad cultural del barrio: afroamericanos, judíos, hispanos, asiáticos... Y las ropas se mezclan y las músicas se mezclan y las comidas se mezclan. Como el humo de los cigarros en el aire.

Todos quieren a Auggie. Todos acuden buscando su compañía cuando no les queda otra alternativa. Porque Auggie siempre está allí. Y siempre está dispuesto a escuchar. Se sentará contigo e incluso te abrazará. Es la madre para los que ya no tienen madre. Todos necesitamos alguien así.

Todos quieren a Auggie. Incluso Violeta, que al final verá culminados sus esfuerzos por seducirle. Aunque no lo tenga nada fácil. Porque... ¿y Auggie? ¿A quién quiere Auggie?



Por el estanco de Auggie (Harvey Keitel) pasa gente como Lou Reed, Jim Jarmush, Mira Sorvino, Roseanne, Michael J. Fox, Madonna o Ru Paul. No puede quejarse de la clientela.

Blue in the Face. Wayne Wang y Paul Auster (1995).

lunes, 24 de septiembre de 2007

ríe, payaso

Los payasos son tristes. ¿Acaso no tiene tristeza la vida? Sí, la rechazamos, nos incomoda. No sé por qué. La risa y el llanto nos acompañan cada día, revueltos desde el primer café del desayuno.

Los silencios y las pantomimas de Marcel Marceau están emborrachadas de tristeza, igual que lo están los bizcochos de almíbar y licor. Por eso se le quiere. Porque esa tristeza es la destilación última -e íntima- de lo humano. La risa es contagiosa, pero la tristeza llega más adentro.

Generosos payasos que nos retratan cuando nos atrevemos a mirarlos de frente.



(Buscaba ayer una actuación del mimo pero no tuve éxito; hoy la encontré en La vida no imita al arte y de allí me la he traído. Rían y lloren, señores)

domingo, 23 de septiembre de 2007

el grito silencioso

"Somos ingenuos
a pesar
de los horrores de la vida"

Viva la ingenuidad.
Vivan los payasos.

Viva Marcel Marceau.


lo normal


"Lo normal es una hermosa sonrisa en los ojos del niño.

También... la mirada vacía en millones de adultos.

Las dos confortan y matan como un dios. Es lo ordinario convertido en belleza. Y el término medio convertido en letal. Lo normal es lo indispensable, el sanguinario dios de la salud y yo... su sumo sacerdote.

He atendido niños honradamente en esta habitación, les he disipado terrores, aliviado muchas angustias... pero sin duda alguna, les he extirpado porciones de su individualidad repugnantes para el dios de lo normal en todos sus aspectos. Y con qué lentitud. Los sacrificios a Zeus tardaban como máximo sesenta segundos. Los sacrificios a lo normal pueden tardar hasta... sesenta meses."

(Monólogo del psiquiatra Martin Dysart, interpretado por Richard Burton, en Equus)

sábado, 22 de septiembre de 2007

la fuerza del deseo

- "¡Con una hoz destrozó los ojos de seis caballos!".

Las creencias cristianas de su madre llevan a reprimir en Alan conductas como ver la televisión o, por supuesto, cualquier cosa relacionada con el sexo. Mejor dicho, con el deseo. Pero el deseo está ahí afuera y Alan se topa con él por primera vez en la forma de un majestuoso caballo negro en la playa. Desde ese momento, soñará con el calor del cuero del animal entre sus piernas al cabalgarlo y con el olor acre del sudor de su cuello al abrazarlo. Hasta tal punto que lo convierte en su dios particular, Equus, aquel que reside en todos los caballos. Ambivalente, como todas las divinidades: es el dios al que adora, al que consagra sus actos, pero también el dios opresor que juzga sus sentimientos.

Por una parte, la adoración por el caballo se convierte en pasión oscura, desbocada y secreta. Por otra, la opresión axfisiante del ojo que todo lo ve -porque de alguna manera ha sido incrustado en lo más profundo de nuestra mente- desemboca en un acto de rebelión frente a las ataduras. Una liberación de los arneses que marcan la dirección de la marcha, de las espuelas que marcan el ritmo a través del dolor.

Una liberación y una intensidad pasional que estallan en las narices del psiquiatra que trata de entender la conducta desconcertante de Alan, y le hacen cuestionarse tanto su vida personal como profesional. En el plano personal, se hace evidente la amargura de su vida rutinaria y gris y su agónica relación de pareja. En el profesional, alimenta profundas dudas sobre la conveniencia de extirpar anormalidades para reconducir a sus pacientes hacia una mortecina -como la suya- normalidad.


Equus. Sidney Lumet (1977).

(Película seguramente más conocida por el revuelo que levantaron y, por lo que veo, siguen levantando, los dos desnudos impúdicos de los actores: el femenino de Jenny Agutter pero, sobre todo, el masculino del protagonista, Peter Firth. Y porque la última versión teatral la protagoniza Daniel Radcliffe, el actor que ha dado vida a la exitosa saga de Harry Potter.)

viernes, 21 de septiembre de 2007

luz de otoño

El verano se despide con su mejor luz. Ya no apabulla, ya no ciega, ya no deslumbra. Sin embargo, esta luz matizada saca los mejores colores de la ciudad, sobre todo a media tarde, con los últimos rayos de sol.

Un buen momento para (casi) estrenar mi nuevo ojo coleccionador de instantes.






jueves, 20 de septiembre de 2007

eclipse

Me he encontrado estas imágenes que me parecen deliciosas en Mi Caos y no me he resistido a traerlas aquí. Proceden de L'éclipse du soleil en pleine lune, de Georges Méliès, y datan de 1907. Hace un siglo. No podrían ser más explícitas sin serlo. Se suele calificar como la primera escena gay en el cine. Pero no se sabe que nunca haya tenido ningun problema con la censura (y mira que ese lunático es libidinoso...)



La película completa (9 minutos) aquí.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

la gente alrededor

Este verano me ha sabido a menudo a melón desabrido,
a cierzo sin jersey,
a vino sin entrañas.

Menos mal de la petunia que acaba de florecer en el balcón, después de unas semanas de sol abrasador que no le dejaron levantar cabeza.

Menos mal de esa comida medio improvisada un domingo, o cualquier otro día, o después de un encontronazo fortuito en la calle.

Menos mal de alguna sobremesa intrascendente en una terraza a solisombra.

Menos mal de las llamadas telefónicas vespertinas porque sí.

Menos mal de alguna reunión nocturna alrededor de una ensalada, discusión juguetona incluida. Y de alguna convocatoria espontánea con ecos de terapia.

Menos mal de alguna que otra acogida en territorios ajenos. En la ciudad. En la montaña. O en el mar.

Menos mal de las botellas al mar lanzadas en forma de entradas en el blog, muchas llegadas a destinos imprevistos (siempre lo son). Y de las botellas recogidas que otros lanzaron.

Menos mal de la gente alrededor. De la chen alrededó.

lunes, 17 de septiembre de 2007

ecos

Tormenta matutina
graniza con furia
intentos de borrar el verano

tus carcajadas
mientras me hundías
la cabeza
en el agua

resuenan todavía
en este cuarto solitario

y llenan la noche
y llenan el día

y brilla un sol maduro.

domingo, 16 de septiembre de 2007

olas y risas


El mar traía las olas...
y al chocar con sus piernecicas
"el pingüino" salpicaba el aire de risas.

(Un sábado de mar,
despedida del verano;
una foto de estreno)

miércoles, 12 de septiembre de 2007

el tiempo pasa, las flores quedan


Flowers in the City


El vértigo cotidiano… Y, sin embargo, las flores mantienen tranquilas la compostura, día y noche, seguramente más conscientes del valor del tiempo y, precisamente por eso, ajenas a la precipitación que reina alrededor.

En estos días de vuelta al ajetreo, de malos humos, de eso que llaman estrés posvacacional, de querer estar en otro sitio y en otro tiempo, de querer ser otro distinto a quien uno es... me gustaría ser una de estas flores y, como Fangoria, dedicarme a mirar la vida pasar.


"¿Melancolía o decepción?
¿Felicidad o tentación?..."



Fangoria: Miro la vida pasar.

Flores encontradas en Rare

lunes, 10 de septiembre de 2007

BCN skyline


Si no puedes poner la ciudad a tus pies, siempre puedes ponerla en la cabecera.

Felices noches. Las torres vigilan el sueño. Seguro que arriba brilla la luna llena.

(cosas para entretenerse en casa ajena un fin de semana de septiembre)

domingo, 9 de septiembre de 2007

yo no lo sé de cierto



Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio.
Como se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.

Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.

(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

Jaime Sabines

Foto de Chema Madoz

sábado, 8 de septiembre de 2007

the origin of love

Según el mito del andrógino (narrado en El Banquete de Platón), el castigo divino en el origen de los tiempos nos hace vagar por el mundo en busca de la mitad perdida. De la parte que nos fue arrebatada por Júpiter al partirnos en dos y sin la cual no somos entes completos. Pero nos queda el recuerdo de lo que fuimos y necesitamos llenar la mitad vacía. El periplo para conseguirlo es lo que llamamos la búsqueda del amor. Porque antes de la escisión el amor no existía. El amor es el ansia de reconstrucción.

Las tormentas y los huracanes que desataron la ira de los dioses mandaron las mitades complementarias probablemente lejos. Por eso nos ha sido dada una larga vida de búsqueda en la que, como Hedwig, vamos de mitad en mitad sin que se produzca el ensamblaje perfecto. Entretanto, las heridas se van llenando del polvo del camino y las cicatrices se reabren sin cesar al arrastrarse sobre el asfalto.

¿No será que semejante búsqueda resulta inútil las más de las veces porque somos nosotros mismos los que nos recortamos miembros y después levantamos los muros que los han de dejar al otro lado?


Esta es una de las espléndidas animaciones de Emily Hubley que salpican la película.

Hedwig and the Angry Inch. John Cameron Mitchell (2001).

volver (2)


Hay fantasmas que no abandonan.
Se quedan para siempre en el maletero.

A ratos pesan y a ratos dan alas.

En su momento fue
el aire que hacía volar el globo.
Cuando el aire para
el globo encalla.
Imperceptible, como el aire,
hasta que falta.

Hay fantasmas que no pueden volver.
Porque no se han ido.
Pero tampoco están.

viernes, 7 de septiembre de 2007

volver

Altares para tres mujeres, supervivientes consumadas, compañeras generosas, esponjas de cariño.

Que son todas la misma.

Madre no hay más que una. Y cualquier día se nos aparece en el maletero.

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Volver. Pedro Almodóvar (2006).

miércoles, 5 de septiembre de 2007

mi sistema operativo

¿Cuál es tu sistema operativo personal (el tuyo propio, no el de tu ordenador)? ¿MS-DOS? ¿Windows? ¿Quizá Linux? ¿o Mac OS? Aquí tienes un test para saberlo.

Yo lo he hecho y este es el resultado.

I'm Mac OS!!!

I'm MacOS!!!

Cute and comfort lover, no one doubts of my good taste;
anyway, I should not evangelize everywhere I go.


Me alegro de que mi sistema operativo coincida con el de mi Macintosh. Supongo que eso hace las cosas más fáciles entre nosotros.

Y, por cierto, ni él ni yo vamos por ahí evangelizando. Simplemente llevamos la buena nueva del Mac a los hombres y mujeres de buena voluntad. ;-)





martes, 4 de septiembre de 2007

el sueño de Valentín

De mayor ya no quiero ser Pilar Bardem, ni José Luis Sampedro, ni Carmen Maura... ni siquiera Katherine Hepburn. De mayor quiero ser Rodrigo Noya. Me quedé prendado de él en El sueño de Valentín (donde, por cierto, Carmen Maura está estupenda como siempre) y ahora va a protagonizar una serie de televisión (secuela de la que también protagonizó en Argentina; se estrena esta noche).

Quiero ser igual de inocente que él, igual de tierno, igual de avispado. Igual de curioso, igual de inquisitivo.

Y el actor tiene el mismo encanto que el personaje, como se comprueba en sus intervenciones en la rueda de prensa de presentación de la película en Madrid.

En una de las escenas finales de la película, Valentín recibe una camisa de parte de una madre que no ha llegado a conocer porque lo abandonó al poco de nacer. El director comenta que, en el cásting, "todos los otros chicos decían (sollozando y sobreactuando, claro) mi mamá, mi mamá, mi mamita... Una cosa horrenda. De golpe aparece Rodriguito, el enano, y... (no puede evitar reírse al recordarlo) todo lo contrario. Mira al actor y dice ¿usted cómo sabe que es mi mamá?... Silencio... " Todo el mundo pensó que el chico se había olvidado el texto y trataron de pasarle unas notas. "No, yo ya sé el texto ... lo que pasa que estoy pensando... No le puedo contestar automáticamente" (óigase todo esto con un delicioso acento argentino). Y entonces decidió que ya, que firmaban automáticamente.

No sé si quiero ver la serie. No sé si estoy dispuesto a que el nuevo personaje ocupe el lugar del anterior. No quiero que me roben a Valentín.



Por otra parte, ¿quién no ha querido en algún momento -además de Peter Pan- poder ver la vida desde los ojos infantiles? Seguramente todos los adultos; aunque no creo haber percibido este deseo en ningún niño.

(Que la película es autobiográfica y que el director interpreta el papel de su propio padre, del que tiene una inmensa deuda afectiva, es algo de lo que uno se entera después. Y entonces no queda más remedio que descubrirse ante semejante ejercicio de catarsis y exorcismo de fantasmas infantiles, de esos que lo acompañarán a uno ya mientras viva. Pero esta ya es otra historia)

El sueño de Valentín, de Alejandro Agresti (2002).

lunes, 3 de septiembre de 2007

inestabilidad global



¿Será una de las manifestaciones
de eso que llaman la crisis de los cuarenta
(o los treinta, o los que sean)
el que uno se da cuenta
de que no es el único que trata de mantener el difícil equilibrio
caminando encima de una superficie inestable,
como un grueso colchón de agua,
mientras cree que los demás pisan tierra firme alrededor,

sino que todos alrededor también hacen lo mismo
y además...
¡sobre el mismo colchón!,
con lo que la inestabilidad colectiva se multiplica?

Escultura de Liliane Caumont