lunes, 13 de agosto de 2007

Billie Holiday que bajaste a los infiernos

No habléis de mí cuando me haya ido. Así cantaba Billie Holiday en el vídeo que acompaña estas notas. Corría Febrero de 1959. Cinco meses después ya no estaba, dejando atrás 44 años de una vida tan intensa como sus interpretaciones. Una vida de la que, como corresponde a los grandes mitos, se imagina más que se sabe. Y de la que, a pesar de su ruego, no se ha parado de hablar.

Please don't talk about me when I'm gone.
Though our friendship ceases from now on

and if you can't say anything real nice
it's better not to talk at all, is my advice.

Estos días ha visto la luz "Con Billie Holiday. Una biografía coral", una aproximación a la vida de la cantante hilvanada por Julia Blackburn a partir de las entrevistas que en los años setenta realizara Linda Kuehl a más de 150 personas de su entorno. Las reseñas hablan de prostitución, adicción a las drogas y al alcohol, frecuentes detenciones policiales y, sobre todo, explotación por parte de sus maridos y amantes. Una historia descarnada de una alma compleja y atormentada, que a menudo se preguntaba por qué demonios alguien -ella misma, claro- optaba por un camino en la vida tan duro y doloroso.

¿Habrían sido sus interpretaciones tan intensas sin el trasfondo de esta amargura vital? ¿Cómo de una vida tan atormentada se puede destilar tanta belleza? Es como si se produjera un desdoblamiento entre persona y cantante a partir de una intensidad sentimental común. Toda la fuerza con la que la vida empujaba a la persona hacia los infiernos la utiliza la cantante como impulso para llegar con su voz hasta lo más profundo del alma de quienes la escuchamos.

We're parting, you'll go your way, I'll go mine.
I have just this to do:
give a little kiss and hope
it brings
lots of love to you...

2 comentarios:

aljawarab dijo...

Es un misterio. De una alma miserable y atormentada pueden surgir las más bellas formas de expresión. Un día te sientes agonizar y, al día siguiente: la melodía o el instante adecuado, la luz precisa, el estado mental adecuado, y tiene lugar el milagro.

tentetieso dijo...

Hola Al.

Tiendo a pensar que tiene que ver con la capacidad de sentir. La gente muy sensible, muy sensitiva, reacciona con mucha intensidad tanto a estímulos positivos como negativos, lo que se traduce en una mayor capacidad de expresión artística que el común de los mortales, pero también en un mayor tormento cotidiano. Las dos cosas suelen ir juntas, y los grandes mitos lo son porque han logrado ser divinos sin dejar de ser profundamente humanos.

Saludos conmovidos.