viernes, 10 de agosto de 2007

el punto del almíbar

Las películas de amor suelen contar historias tiernas que desembocan en finales felices. Todas las historias tienen final feliz si se elige oportunamente el momento para insertar el The End. Pero la vida sigue más allá de ese ficticio telón y en adelante la dicha se mezcla con el dolor en proporciones variables. Cuanto más intensa es la dicha también lo es el dolor.

Si se mantiene el almíbar al fuego más tiempo del justo se convierte en la sustancia más amarga. Lo sabe la trapecista de un cuento de Al (*), que abandona el balanceo en el vacío para convertirse en la diana del lanzador de cuchillos (y la puntería es certera). Lo sabe Elisa cuando acompaña a su hombre allí donde crecen las rosas salvajes. Lo sabemos muchos. Lo que no quita para que, si existe una próxima vez, se nos vuelva a pasar el punto. ¿Será el precio que hay que pagar por tocar el cielo?

(A partir de una entrada en el blog, hoy mismo desaparecido, de Al, aljawarab, que envolvía sus palabras con estas notas de Where the wild roses grow, interpretada por Nick Cave y Kylie Minogue)

(*) El cuento estuvo publicado unas horas del día de ayer en la blogosfera. Me gustaría recuperarlo. Al, si guardas el cuento, mándamelo. Gracias.

Actualizo: cuento recuperado.

Y vuelvo a actualizar: lo volvimos a perder :0(

3 comentarios:

Merlín Púrpura dijo...

Donde crecen las rosas salvajes están sus texturas, sus colores y sus espinas. Todo es inherente a ellas. Forman parte de su esencia. ¿Te imaginas un mundo, este, el humano,el real, sin los sobresaltos de los opuestos? ¿Te imaginas todos los días, a todas horas con sabor a miel? Los opuestos son necesarios para apreciar lo positivo en su justo valor.Cuanto más intensa es la dicha NO es más intenso el dolor. ¡Cuanto más amamos, más sentimos! Y no es cuestión de decidir no amar. ¡Es cuestión de atreverse a volver, otra vez, a encontrarle el punto al almìbar!

aljawarab dijo...

Tentetieso, ya estoy aquí, en Blogger. A ver si vienes a echarme una mano con los bártulos, hombre...

tentetieso dijo...

Hola merlin, claro que todo va unido y si las palabras sonaban pesimistas no pretendían serlo. Simplemente me (auto)recordaba cosas que no deberían olvidarse. Enalgún momento creí que las rosas no eran más que los pétalos, suaves y olorosos y no quise ver las espinas. Viene bien que los cuentos, las canciones, los amigos lo recuerden. No para alejarse de las rosas: para disfrutarlas con más conocimiento.

Sé bienvenido, Al. No creo que necesites que te ayuden con los bártulos pero si es necesario por aquí andamos.

Saludos a los dos.