La noche es su dominio. Cuando se pone el sol alza enhiesta el cuello y comienza a brillar con luz propia. Si te mira no podrás resistirte a su embrujo. No temas, te abrazará hasta la madrugada.
(en el centro de la primera imagen, la luna llena del último día de julio; enorme pero insignificante)
Termina con esta entrada este triduo laico, anacrónico y desintencionado a La Magdalena que comenzó hace dos días. Lo ortodoxo sería acompañarlo de oraciones y plegarias. Allá cada cual. Las primeras, seguramente, están olvidadas; las segundas podrían ser atendidas.
La vida es cuando llamas
-
Hubo un tiempo en que nos quisimos mucho. Pero éramos muy jóvenes y la vida
nos separó. Tuve que irme lejos y no pudiste seguirme, eran otros tiempos.
H...
Hace 4 meses
3 comentarios:
¡Amén! Que quiere decir: Así sea. Aunque jugando con la ortografía, también podría decir. ¡Amen! Que fue lo que hizo María, la de Magdala. A quien mucho se le perdonó, porque mucho amó.
Maravilloso el triduo: heterodoxo, ecléctico, poético, lunático.
Que el velo de la Magdalena no oculte la luz de tu corazón ni la eclipse un satélite envidioso.
Me encanta esa torre cuando la ilumina la noche. Me sirve de faro para orientar mis pasos y cuando paso bajo su majestuosidad, cruzó el Coso Bajo y antes de encaminar mis pasos definitivamente hacia el barrio, me giro y la veo por última vez.
Salu2 Córneos.
Este triduo (laico, anacrónico y, sobre todo, absolutamente desintencionado a priori) pretende ser un homenaje a una torre, a unos constructores que pusieron sus manos, a una civilización que aportó toda una inspiración que (afortunadamente) aún nos dura y que poco a poco se va instalando de nuevo en la ciudad (no sin problemas).
Arturo, Javier: me complace compartir admiraciones. Os incluiré en mmis plegarias ;)
Publicar un comentario