domingo, 29 de julio de 2007

mi primer podcast

A estas alturas, todavía no sé si merece tal nombre. Pero aquí está el resultado de una ardua tarde tratando de enterarme de qué programas necesito, qué formato utilizar, dónde alojar el resultado y cosas por el estilo. Como aprendiz incipiente, no sé si sería capaz de replicar el proceso.

He elegido un relato corto de Mario Benedetti, "El otro yo". Será porque me gusta el microrrelato bitacorero "Historia brevísima de 100 litros de lágrimas", que cuenta una historia similar. Será porque, ahora ya hace un mes, descubrí que hasta mi ratón tiene un hemisferio derecho sentimental. Será porque no quisiera dejar tras de mí una mitad perdida, como recordaba hace poco de la mano de Carme Riera. Será porque todo está relacionado, aunque haya que mirar hacia atrás con perspectiva para comprenderlo.

En el envoltorio musical, Chet Baker parece contradecir todo lo anterior: There will never be another you.

Dale al play y sé benevolente.

2 comentarios:

Merlín Púrpura dijo...

Mi querido Tenme:
¡Enhorabuena por tu podcast! Ha sido maravilloso escucharlo dos veces el día de hoy. Primero que todo por el texto de Benedeti que has escogido, segundo por la maravillosa voz del narrador y tercero por el sabor que le has puesto al relato. Lo del descubrimiento de la técnica para "colgarlo" es lo de menos. Y una comentario más: ¿El "otroyo" de Armando se suicidó, o el mismo Armando lo mató? Quizás por eso se queda sin lágrimas o ahogándose en óxido por dentro. Me alegran tus descubrimientos personales, íntimos, sensibles y "romántico-emocionales". Abrazos mil.

tentetieso dijo...

Si una parte de ti reniega de otra, y consigue anularla (al menos aparentemente), el aparente suicidio de la segunda debería ser considerado un desalmado asesinato por parte de la primera. Desalmado porque poca alma tiene quien reniega de sí mismo. en todo caso, dudo que haya forenses capaces de distinguir entre una cosa y otra y, si los hay, capaces de aportar pruebas concluyentes del asesinato.

Abrazos de un tentetieso a medio desalmar (ojo: no del todo).