"Todo sucede para bien" -dirá un optimista.
"Tout est au mieux" -ratificará Leibniz, susurrando al oído de Pangloss.
Y el Cándido de Voltaire fruncirá el ceño mientras mira de reojo la Lisboa devastada por el terremoto de mediados del XVIII.
Lo mismo que recela Paskaljevic en nuestros días, mientras otea el horizonte humeante de sangre quemada de su Serbia natal: "Efectivamente, Cándido, ser optimista es empeñarse en mantener que todo va bien, cuando en realidad todo está yendo mal".
La vida es cuando llamas
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Hubo un tiempo en que nos quisimos mucho. Pero éramos muy jóvenes y la vida
nos separó. Tuve que irme lejos y no pudiste seguirme, eran otros tiempos.
H...
Hace 4 meses
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