lunes, 15 de marzo de 2010

dulzura


-"Debéis tener cuidado con la dulzura de las cosas"... ¿Por qué hay que tener cuidado con la dulzura de las cosas?
-Porque puede uno acostumbrarse.
-No creo que las cosas sean dulces.


Es cierto que muchas cosas no son dulces. Quizá hasta que son escasas. Pero haberlas, haylas.

Rebuscando en el álbum de fotos he encontrado esta campanilla florecida el invierno pasado, que me ha traído el aroma almibarado de las viejas estampas de felicitación de los tiempos de la abuela, con sus dosis de ternura, inocencia y -por qué no- cursilería en proporciones variables. Dulzura, en suma. Douceur.

1 comentario:

Merlín Púrpura dijo...

Como para tí! Que tienes la dosis justa de dulzura.

Abrazos mágicos, dulces y púrpuras.