jueves, 25 de marzo de 2010

l'homme du train

Inventarse el camino.
Compartir el asiento.
Elegir la parada.

Todo un lujo. Tan al alcance de la mano que se nos escurre entre los dedos.



-Perdona... estás sentado en mi asiento.
-No, mira, mira el número. Es mi asiento.

-Ehhh... ¿Adónde vas?
-Por allí.
-¿Y tú?
-Por allí también.

-Ehhh... ¿Ese es tu asiento?
-No. Tengo el mismo que tú... Creo que se han equivocado.

-¡Ah! Llegamos a la estación.
-Yo sigo.
-Yo me bajo aquí.

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L'homme du train. Michael Kuntz, 2009.
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