martes, 12 de febrero de 2008

utopías (todavía)

Si (casi) todos podemos entusiasmarnos con la idea
de un mundo con libertad
-libertad de esa que no pisotea la de los demás, por supuesto,



un mundo en paz -la paz que resulta de resolver los conflictos
por vías distintas a la muerte del adversario,



un mundo con respeto por la naturaleza
-que es una extensión de nosotros mismos,
así que si escupimos hacia arriba
deberíamos de saber lo que nos vamos a encontrar,



un mundo, en fin, donde los derechos humanos sean sagrados
-más sagrados, por ejemplo, que cualquier creencia religiosa



¿por qué, ya que estamos tan de acuerdo en estos grandes principios,
resulta todo tan complicado a la hora de llevarlos a la práctica?

(¿y por qué se olvidan tan fácilmente cuando se alcanza el poder?)


"En un mundo ideal, l'Humanité no existiría"
(promoción del diario francés)

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