El verano se despide con su mejor luz. Ya no apabulla, ya no ciega, ya no deslumbra. Sin embargo, esta luz matizada saca los mejores colores de la ciudad, sobre todo a media tarde, con los últimos rayos de sol.
Un buen momento para (casi) estrenar mi nuevo ojo coleccionador de instantes.
Llorad, llorad, valientes. Un texto de Irene Vallejo.
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*El duelo hay que edificarlo sin prisa, con ritmos arquitectónicos*. Más y
más, mes a mes. No es una enfermedad de la que curarse lo antes posible,
sino ...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Así como adoro el cielo veraniego rabiosamente azul, también me encanta la calidez de los colores "terrosos" del otoño, colores que has sabido plasmar muy bien en tu nuevo ojo auxiliar. ¡Enhorabuena!
Ja, ja, ja, se hace lo que se puede... que no es mucho. Pero coincido en lo de los colores. El otoño es muy generoso en colorido.
Saludos rojizos.
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