Después de días de desacostumbrada compañía,
bullicioso nubarrón de gorriones
que se cruzan alborotados
pero sólo muy de vez en cuando se rozan
-o nos gusta imaginar que se rozan-
después de días de delirante soledad,
calendario en blanco o mejor en gris,
rosario de silencios
que resuenan sordos contra la bóveda del hastío
-nublado fuera, lloviendo dentro-
qué agradable recibir de nuevo
el traicionero pero cálido abrazo de la rutina.
Llorad, llorad, valientes. Un texto de Irene Vallejo.
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*El duelo hay que edificarlo sin prisa, con ritmos arquitectónicos*. Más y
más, mes a mes. No es una enfermedad de la que curarse lo antes posible,
sino ...
Hace 3 horas
4 comentarios:
La rutina es cansadora... pero después de tantos días de fiesta, es necesario volver a lo de siempre...
Un beso!
...y qué tranquilidad!!!
Me gusta mucho la foto.
Un beset
Traicionera, sí, pero a veces la necesitamos para salir (más o menos) adelante
Cada nueva rutina reinicia un ciclo....y los ciclos (que no los bucles) nos renuevan..
Encantada de visitar tu rincón..
Un abrazo
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