No es porque haya hecho mucho frío, que no; ni porque haya sido uno de esos pesados días nublados, que tampoco; ni es por el coscorrón apresurado con el perfil de la puerta que casi me abre la ceja, ni porque nadie haya hecho o dicho nada que me moleste... No, nada de eso. Pero ha sido un día gris. En medio, un respiro luminoso: la tortilla de calabacín al mediodía.
Toda una celebración -aunque corta, que había poco tiempo.
Simple que es uno.
¡No desperdicies el milagro de estar vivo!
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*Nadie nos avisa cuándo será la última vez. *
*No hay campana que suene, ni voz que advierta: "Esta es la última sonrisa
que verás de él." Simplemente p...
Hace 2 meses
1 comentario:
Tito, los pequeños placeres son los más intensos.
Besicos,
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