La paz aparente en las relaciones familiares no es más que la tranquila lámina superficial y mentirosa del lago, ese lago que esconde en su seno potentes corrientes y extraños monstruos que suelen aflorar particularmente cuando -¡oh, paradoja!- las energías se dirigen colectivamente a alimentar la armonía familiar. Como en las Navidades. Como en el Thanksgiving Day estadounidense.
Tras los fastos, la paz volverá a la superficie. Debajo, algunos monstruos habrán desaparecido, otros se habrán desarrollado y algunos nuevos empezarán a germinar. Y así sucesivamente.
¿Cómo introduces a tu novia en la fiesta familiar sin generar comezones? ¿Eres sincera, pese a quien pese, o traicionas con la mentira -también se miente por omisión- a la persona que más quieres en aras de la comodidad de los demás? Lo segundo parece más sencillo de momento, pero siempre se cobra un precio.
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¿Qué se está cociendo?. Gurinder Chadha, 2000.
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Llorad, llorad, valientes. Un texto de Irene Vallejo.
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*El duelo hay que edificarlo sin prisa, con ritmos arquitectónicos*. Más y
más, mes a mes. No es una enfermedad de la que curarse lo antes posible,
sino ...
Hace 3 semanas
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