sábado, 8 de mayo de 2010

+ compasión


Haciendo un poco de limpieza (es bien sabido que los excesos no conducen a nada bueno) me he encontrado entre los recortes atrasados este de una columna de Mario Muchnik que, aunque titula como "sentimiento de culpa", quiero pensar que habla más de la compasión. Como la que siente mi macaco por el osito del brazo cosido con retales de topos estampados. Ójala todas las heridas fueran tan fáciles de zurcir.

"Hace poco llegó la noticia de que, no recuerdo qué zoológico, un elefante muy manso y simpático al cuidado de una muchacha bien preparada para ello le dio sin querer una patadita y a la chica se le rompió una pierna. La ambulancia la llevó al hospital, donde fue inmediatamente atendida y escayolada. Pero el elefante cayó en la más profunda de las depresiones. suponiéndose y sintiéndose culpable, se tumbó cara a la pared y dejó de comer y de dormir. Los encargados intentaron por todos los medios sacarlo de la depresión, sin el mínimo éxito. Lo que le había ocurrido era una desgracia, y el elefante perdió las ganas de vivir. Las cosas cambiaron a los pocos días, cuando la muchacha volvió parcialmente a su trabajo. Por la tele yo mismo vi cómo, no bien se produjo el reencuentro, el elefante se alzó, la sentó en su trompa y la llevó a la altura de su boca, como para besarla. La alegría en el zoo, tal como se pudo ver, fue universal, todos reían y hasta parecía que el propio elefante -que, a partir de entonces, volvió a comer y dormir en paz- esbozaba una amplia sonrisa. [...]"

1 comentario:

Merlín Púrpura dijo...

Hola Tenmempié:

¿Ves como siempre hay alguien que nos ayuda a tenernos en pie? Aunque sea un macaco o un ser humano medio macaco.

Besos y abrazos mágicos y púrpuras.