viernes, 21 de diciembre de 2007

las alas del deseo

A los humanos nos gustaría ser ángeles, estar por encima del bien y del mal y poder contemplar las miserias de los demás desde bien arriba, protegidos por el escudo de la compasión.

Los ángeles de Wenders, sin embargo, contemplan a los humanos desde lo alto de la Columna de la Victoria y quieren ser como ellos y participar de esas miserias y revolcarse en el fango de los descampados berlineses.

Siempre ansiamos lo que no tenemos.



"Es fantástico vivir como un alma y ver día a día la eternidad de las personas siendo testigo de lo que sienten. Pero, a veces, la existencia espiritual es poco para mí. Quisiera dejar de vagar suspendido en el aire y sentir mi propio peso. Poner límite a mi infinidad y atarme a la tierra. [...]

Tener fiebre. Ensuciarme los dedos con el periódico. Emocionarme, no sólo como espíritu, sino por una comida o por la forma de un cuello, de una oreja. Mentir. Sin parar. Sentir el peso de mis huesos al caminar. Adivinar algo en lugar de saberlo todo siempre. [...] E incluso poder ser malos alguna vez. Enfrentarnos a todos los demonios de la tierra que se cruzan con las personas, pelearnos y echarlos de este mundo. [...]

Estar sólo. Indefenso. Estar serio. Nosotros sólo somos espontáneos dentro de nuestra gravedad. Sólo podemos observar, acumular, ver, certificar, proteger... ser espíritus. Siempre a distancia. Siempre en silencio."




El cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin). Win Wenders, 1987.
(Gracias a la recomendación de Lovesick)

3 comentarios:

Merlín Púrpura dijo...

En síntesis, ¡tan humanos!

senses and nonsenses dijo...

jo, un post magnífico
me encanta 'el cielo sobre berlín'.
cada vez que la veo me recorre un estremecimiento.
tb me pasó con 'alicia en las ciudades', otro wenders que nunca dejo de recomendar.

felices fiestas, y eso,
si es que celebras...

un abrazo.

* Sine Die * dijo...

Y en realidad todo es tan "simple" como LATIR...