sábado, 29 de diciembre de 2007

espíritu navideño

Que no se diga que no creo en el espíritu de la Navidad. Que, de los tres grupos en que dicen que se divide la humanidad, no se me incluya en el de los detractores -tampoco en el de los celebrantes fervorosos del nacimiento de un niño más divino que el resto de los niños que han nacido nunca. No, el espíritu de la navidad existe y lo he sentido. Fue el domingo pasado y queda este testimonio gráfico, tomado cuando ya había pasado la medianoche:


Es verdad que durante la infancia -qué lejos queda aquello- el espíritu llegaba con semanas de antelación y me acompañaba día tras día mientras dedicaba horas y pensamientos a la elaboración de murales escolares, de tarjetas de felicitación, de dulces típicos... También a la decoración navideña.. ¡incluso al canto de villancicos! Tiempos de ilusión. De esa misma ilusión que hoy ya no reconozco más que en la ambientación dulzona que emborracha los anuncios de la televisión en estas fechas tan entrañables.

Pero un día llega el desengaño. Igual que cuando se conoce la verdad sobre los Reyes Magos -ese montaje en que la humanidad adulta se compincha para abusar de la inocencia de la humanidad infantil- de repente un año la decepción se instala en cuanto se percibe que el espíritu comienza a retrasarse. Y tanto se retrasa que ya se conoce el gordo de la lotería y todavía no se le ha visto el pelo. A partir de ese año ya siempre será así. Con suerte, se dejará sentir la víspera de la nochebuena y se quedará un par de días.

Este año se apareció el día 23, se quedó unas horas y a la madrugada se esfumó. Desde entonces he seguido conjurando los elementos para atraerlo de nuevo. Pero nada. No ha vuelto a dar señales de vida. A estas alturas de la Navidad, es evidente que habrá que esperar ya hasta el año que viene.

(He empezado a escribir con un propósito decidido de transmitir un mensaje positivo. Ahora que me releo me doy cuenta de que la prueba no ha sido superada; para ello seguramente habría hecho falta la colaboración de ese espíritu ya ausente)

2 comentarios:

hector toscano dijo...

que rico lo que se ve en la foto, no me llego a dar cuenta bien que es, pero si de comida festiva se trata es todo rico, no?porque a corazones tristes hay que llenar la panza y ya
un feliz año para vos!!!

Merlín Púrpura dijo...

"La Navidad es un estado de ánimo. Y ese estado de ánimo depende más de las circunstancias interiores que de las exteriorres. Estas navidades me he quedado sin calefacción y tengo el corazón helado. No es que haya vuelto a poseerme Mr. Scrooge, pero ni el espumillón me hace cosquillas ni los papanoeles me hacen ni puñetera gracia. Lo único que quiero es que acabe el año cuanto antes". Eso escribía hoy Julio José Ordovás en El Heraldo de Aragón.
Pero estoy seguro de que, así sea muy en el fondo, abrigas(mos)unas tricitas de aquel Espíritu que nos llenaba el alma en los años de la infancia.Aunque ahora sólo nos visite uno o dos días.
Abrazos postnavideños