domingo, 15 de noviembre de 2009

beso blanco

Vistos desde arriba, nos debemos de parecer a un bote de canicas arrojado al suelo. Cada una lleva su trayectoria en lo que parece un enjambre caótico. De vez en cuando los caminos de algunas se cruzan. A veces el encuentro absorbe sus fuerzas y se quedan inmóviles mirándose la una a la otra, impávidas. Otras veces el choque multiplica su energía y salen disparadas en direcciones opuestas. Como si trataran de olvidar aquel contacto fugaz. Aquel beso espontáneo en la nieve.



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A kiss in the snow. Frank Mosvold, 1997. (Corto)
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1 comentario:

Merlín Púrpura dijo...

¿Hay besos de esos? ¡Ojalá!