Puede que el gag sea previsible, y que además esté pre-visto una y mil veces. Da lo mismo. Es empezar a ver desenrollarse el papel higiénico y saltar la carcajada -de esas que escasean-, que dura lo que la cara de estupefacción de Peter Sellers mientras la montaña de papel va creciendo. Medio minuto fascinante. Brillante Blake Edwards.
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El guateque. Blake Edwards, 1968.
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Hace 2 semanas
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