Llámeseme descreído. No acabo de entender que, en mi ausencia, me hayan visitado un Papanoel o unos Reyesmagos tardíos (o simplemente un ángel) que han dejado sus ofrendas en la cocina. Y eso que no tiene chimenea.
A estas alturas de mi vida solitaria ya no cuento con llegar a casa al mediodía y encontrarme con unas borrajas recién hechas. Pero allí estaban.
Me han sabido a gloria. Porque estaban muy ricas. Porque hace tiempo que no las probaba. Y, sobre todo, porque estaban envueltas en cariño y adornadas con el lazo brillante de la sorpresa.
La vida es cuando llamas
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Hubo un tiempo en que nos quisimos mucho. Pero éramos muy jóvenes y la vida
nos separó. Tuve que irme lejos y no pudiste seguirme, eran otros tiempos.
H...
Hace 4 meses
3 comentarios:
Sabes que junto al mar tendrás siempre una sorpresa preparada :)
Y además, ¡te lo mereces! Que siempre has hecho eso y mucho màs por otr@s.
Besos mágicos y púrpuras
Eso pasa por ir por la vida conociendo rarit@s de otros mundos que te quieren mucho y gracias a vos a veces comen.
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