miércoles, 10 de junio de 2009

bélgica

"- Poemas no, ¡por favor!"

Leo que en la prueba de lengua catalana en los exámenes de selectividad de este año una de las opciones se basa en el poema de Josep Carner "Bélgica" y que como consecuencia todo el mundo se ha decantado por la otra opción, porque parece que la poesía asusta.

"- Yo lo he visto y he dicho, 'no entiendo nada', así que lo he descartado."

Pienso que debe ser un poema críptico, oscuro, absolutamente personal, indescifrable, quizá con una sintaxis particular, seguramente con un léxico erudito...

Pues no, nada de eso. Aunque la poesía no te guste, ¿cómo se puede decir que no se entiende nada, ¡NADA!, en este poema? Y paso por alto que el autor ha sido objeto de estudio previamente durante el curso preparatorio.





Si mi destino fuesen las tierras extranjeras,
me agradaría envejecer en un país
donde la luz se filtrase cual sonrisa amarilla, grisácea,
y prados hubiera con ojos de agua y aceras
ornadas de olmos, arces y perales;
vivir en paz, nunca señalado,
en una nación de buenas gentes unidas,
cual corazón junto a corazón, ciudad junto a ciudad,
y calles y faroles avanzando por el césped.
Cielo y nubes, dóciles o crueles,
cautivos quedarían en canales de trémula agua,
toda ella deseo de reflejar a las estrellas.

Me gustaría hacerme viejo en una ciudad
con soldados no muy de veras,
donde todos se enterneciesen con música y pintura
o con el bello árbol japonés en flor,
donde el niño y el obrero nunca inspiraran tristeza,
donde viéseis unos interiores humanizados
por las pipas, las charlas y la hospitalidad,
con flores ardientes cual magnífica sorpresa,
incluso en los días más fríos.
Y a menudo, junto a un portal de iglesia,
habría pintoresco, un mercado famoso,
con el botín del mar, con los dones de la tierra,
todo abundante para todos.

Una ciudad donde sobraría tiempo
para ver, por amor a la melancolía
o por deseo de novedad tintineante,
casas antiguas con parques donde anidan sombras
y muchas casas nuevas con jardincillo delante.
Ahí se encontrarían sabios de todas suertes,
y cien paraguas eminentes
formarían -ay, abiertos- oficiales hileras
en la inauguración de los monumentos.
Y de pronto, al borde de largas avenidas,
estarían los hayedos, las manchas de los estanques,
para el amor, el gozo, la soledad y el lamento.

De mucho, desierto; de mucho, ayuno,
en medio de los demás viviría, un poco en cada uno.
Mas nadie a nadie
habría de temer, de seguir su vía.
Por azar conocería un viejo jardín
recoleto, de cristalino surtidor,
con peces de oro que dan más alegría.
De mí dirían niños con migas de pan en la mano:
-Es el señor de cada día.

Josep Carner: "Bélgica".
Versión en castellano de José Batlló: "Ocho siglos de poesía catalana", Alianza.
Poema original (en catalán).

Foto de Joe Patronite

1 comentario:

Daniel Daranas dijo...

He leído la misma noticia que tú y he corrido a ver qué dice ese misterioso poema, que no conocía. Concluyo que algunos alumnos simplemente no han adquirido la capacidad de leer. Hay que conceder, para ser muy benévolos con ellos, que el poema original utiliza para "destino" la palabra literaria "fat", en lugar de la coloquial "destí"; también la "sonrisa" de más abajo no aparece como "somriure" sino como la más arcaica "somrís". Pero no son tampoco palabras rarísimas y por supuesto la comprensión global resulta prácticamente inmediata. Quizá para el año que viene deberían probar con extracto de un diario deportivo sobre la final de la Champions.