sábado, 6 de junio de 2009

puente


Estos días de tiempo mudante, mobile qual piuma al vento, traen unos cielos espléndidos, excesivos, barrocos, que ayer se ribetearon de oro al anochecer.

No pude evitar sentirme un espectador privilegiado, de esos a los que se reservan los mejores palcos. Y encima sin pagar entrada. Eso sí, se exige puntualidad.

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