domingo, 7 de junio de 2009

apuntes electorales: fauna



Una larga jornada electoral de más de catorce horas es una experiencia en la que nadie se mete si no es por pura obligación (treinta días de prisión es un argumento convincente). Pero puede resultar entretenido: tantas horas seguidas viendo pasar a tanta gente de tanta y tan variada ralea acaba convirtiéndose en lo más parecido a asistir a un documental de animales tipo National Geographic dedicado a la especie humana. Estas son algunos de los ejemplares identificados por el observador agazapado tras la urna:

- Hay gente digna que sabe colocarse en su sitio y ceder también sitio a los demás. Y, sobre todo, dispuesta a hacer la vida más fácil a los demás. Afortunadamente, incluso la puedes encontrar en una mesa electoral.

- También hay personas indignas que no saben mirar (yo creo que ni miran) más que por encima del hombro, que sienten que el mundo debe estar a sus pies y sienten como una afrenta personal cualquier intento de explicarles que la vida en sociedad se rige por normas, a menudo escritas, que son de aplicación para todo quisque. También para ellas. Qué fuerte, ossssea... Te lo juro por mi bolso de Prada. (Y cuando la madre no entiende lo de las reglas, ¿qué se puede esperar de la hija?).

- Alguna gente es totalmente inconsciente de sus limitaciones. Pero desempeñan tareas que les sobrepasan. Y entonces se dedicar a esparcir las culpas de sus fracasos entre los que les pillan más cerca. Para colmo, gritando. A ellas no les tose nadie. Si los demás son tontos, no es su problema. Por favorrrrr...

- Y luego está una mayoría de la gente, con la que todavía resulta sencillo compartir un saludo y una sonrisa, gratuitos y anónimos, como vecinos del mismo barrio, del mismo pueblo.

Viñeta de Manel Fontdevila

2 comentarios:

Merlín Púrpura dijo...

Mi querido Tenmempié:

No podías ser menos! No te falló el ojo observador y crítico en esta tarea obligatoriamente democrática. La fauna humana es variopinta y de eso te dará fé cualquier camarero, dependiente, teleoperador o cualquiera que está cara al público. ¡Lo que hay que aguantar y lo que de ve!

Ah, y que no te vuelva a tocar, que ya hay cuatro millones de parados que pueden sacarse unas pelas, así sea un solo día.

Abrazos democráticos, mágicos y púrpuras.

Enredadó dijo...

No se si será porque vívo cada día esto que llaman política de muy de cerca pero cada día me dan menos ganas de ir a votar. Si si se que Merlín no estará de acuerdo con esto, con lo que le ha costado poder votar, pero la realidad es tan real que a veces da asco. Todo se hace por interes y lo más patético de todo esto es que utilizan al pueblo para su lucro y para su buen vivir.
Podemos votar a quien tiene 4 millones de personas en la calle o a quien dice que lo solucianará todo en 5 minutos o lo que es lo mismo al compi del bigotes...