Seis trayectos. Danza en paisajes urbanos. Pies que apalean el aire y manos que serpentean en el cielo.
Alrededor, espectadores con los ojos y los oídos abiertos. Tan pronto pasmados alrededor de los bailarines, como súbitamente despiertos y lanzados a un serpenteo nervioso por las calles del casco viejo -para asombro de paseantes y comerciantes.
La experiencia de la edición del 2007 invitaba a una repetición. Y ha acabado siendo una excelente excusa para volver a disfrutar unas horas de calle y viento en la misma compañía que el año anterior. De manera prácticamente improvisada -y por ello aún más sabrosa.
1 comentario:
Que interesante se ve... vi las demás imágenes en el enlace y el post. Muy original.
Abrazo y que tengas buen fin de semana.
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