lunes, 23 de junio de 2008

bacalhau!

Pocos descubrimientos tan placenteros como el oír de boca de la camarera en Belém que por normativa sanitaria todo el bacalao que se sirve en los restaurantes portugueses tiene que haber sido previamente congelado. Menos mal que esta vez pregunté.

Después de asimilar a duras penas la renuncia a probar el bacalao por ser posible alojamiento de la bomba alergénica del anisakis, el levantamiento de la pena me supo a música celestial. Y la necesidad de matar el gusanillo se convirtió en gula desatada. Así que la celebración consistió en un exquisito bacalhau à minhota, plato típico del norte de Portugal (de la región del Miño, de ahí el nombre). En ración que por generosa fue difícil de terminar. Pero lo único que quedó en el plato fueron las espinas -eso sí, bien churrepetedas.


La receta consiste en espolvorear de pimentón el bacalao (una vez desalado) y freírlo. En el mismo aceite, freír también abundantes patatas a rodajas. Por otra lado, se sofríen ajo y cebolla cortada en gajos, a los que se añade en el último momento un poco de salsa de tomate. Se sirve el bacalao cubierto con la salsa y rodeado de patatas. Para rematar el plato, aceitunas, huevo rallado y perejil.

Por si hubiera sido poco -así son los deseos cuando se desatan-, a la cena tocaría bacalhau com natas. Pero esa ya fue otra historia.

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Belém (Lisboa), 14/06/2008.

2 comentarios:

RMS dijo...

Uh.. y yo sólo almorcé hoy pollo al horno. jejeje
Delicioso.
Abrazo.

el Shysh dijo...

El bacalao tiene anisakis? Anisakis re-salao,no? Me anoto la receta.