jueves, 28 de junio de 2007

de obispos y oliberas

Leo casi seguidos dos artículos de opinión -de fuentes que en principio se supondrían dispares- sobre el lugar que se atribuyen los obispos en esta sociedad, cual muchuelos subidos a su olibera (en estos días, claro está, vienen a cuento de la asignatura que pretende contribuir a educar buenos ciudadanos, que buena falta hace):

Cada mochuelo debe subirse a su olivo, y es legítimo que lo defienda con uñas y dientes, pero lo que la jerarquía eclesial no asume es que su olivo, hoy en día, no es todo el territorio español. Que su sitio no le es dado, como le pasó a Franco, por la Gracia de Dios. De "su" Dios, si es que existe. Que a su grey se la tiene que ganar, y que muchos no tenemos ninguna intención de situarnos a la sombra de semejantes ramas (por muy de olivo que sean).

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