A todos nos debería ser dado el poder cambiar de camino, una vez se han adentrado tanto nuestros pasos en alguna senda que se nos ha olvidado a dónde nos conduce, qué hacemos allí e incluso cómo hemos llegado. En ese punto en que se ha perdido la ilusión por seguir, lo mejor es darse cuenta para poder cambiar de dirección o, al menos, tomarse un respiro para analizar la situación y contemplar otras salidas.
"Ahora tengo tres opciones:
hacer lo que quiero,
hacer lo que debo,
o no hacer nada y sentarme a pensar."
(deliciosa Norma Aleandro, en el papel de Cleopatra)
No siempre es posible. Hay quien no se da cuenta de que se está metiendo en un callejón sin salida, que no lleva a otro sitio más que a una tapia dura y fría donde romperse las narices. Y, claro, termina estrellado.
Peor aún, hay quien toma consciencia de la situación y da un giro al volante para emprender una ruta nueva, pero la muerte se le cruza en el camino en el momento más inoportuno y frustra lo que prometía ser toda una aventura al borde de los sesenta -¿quién dijo que fuera tarde?
Hoy habría sido su cumpleaños.
Cleopatra. Eduardo Mignogna, 2003.
(Sinopsis, comentario y reseña)
2 comentarios:
Parece interesante esta peli. Precisamente ayer estaba a la búsqueda y captura de películas para ver estos días.Me apunto este título.
Yo aconsejo unos faros. Unos buenos faros para ver bien el camino y ver un poco más allá de nuestras narices. Que a veces es ese el problema.
Grande, Norma.
Saludos.
Me encantó la peli, la Norma siempre está re-bien. No te pierdas Elsa %Fred, la China Zorrilla paisana de mi tierra se pasa un montón.
Te amo, la versión nueva de te quiero. Tu amiga, la sudaca.
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