viernes, 9 de enero de 2009

sopas de ajo

Día de nieves,
sopicas de ajo.



Hará algo así como quince años, un día de invierno también la nieve desbarató los planes de todos, las que estudiaban y los que trabajábamos. Y llegábamos a casa con los pies mojados y excitados por la novedad de la nieve. Y alguna retornó antes de lo previsto de su expedición, piolet en mano (y si no era un piolet, era algo parecido). Y el caos se fue ordenando primero en la cocina y luego en la mesa alrededor de unas sopas de ajo espontáneas. Hasta la del piolet, que les tenía declarada la guerra desde chica, se animó a meter la cuchara. Desde entonces la nieve me trae a la memoria aquellas sopas de ajo.

Hoy ha comenzado a nevar al final de la mañana.

2 comentarios:

Fenecillo dijo...

me encantan :)
soy muy sopero en invierno

RMS dijo...

Para mi la nieve fue algo exótico. Me gusta hasta cierto punto, vengo de un lugar tropical, medio que sufro luego, y adoro esa sopa.
Abrígate.
Un abrazo.