Se vuelve siempre
a la ojeriza de los atardeceres,
a la lentitud de las noches
y al amargo sabor
de los amaneceres:
se vive, al fin y al cabo.
José Antonio Labordeta: Se vuelve siempre.
(Después de unos cuantos atardeceres, aquellos narcisos rozagantes me dejaron unas pocas flores agostadas. Los primeros son recuerdo, las segundas presencia)
El amigo imaginario de mi madre.
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Relato de Pablo Castignani
Dicen que los niños suelen tener amigos imaginarios. Dicen también que
algunos ancianos llegan a comportarse como niños....
Hace 1 semana
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